Mi Historia | Todo Inicio una Mañana, hace unos años…

 

De forma inexplicable, aparecieron hematomas por todo mi cuerpo. Pensé en causas accidentales y le resté importancia, pero en lugar de desaparecer se multiplicaban.

Comencé a preocuparme, pero dejé de lado mi salud para atender asuntos más inmediatos como mi divorcio, hijas y trabajo, con el ímpetu de tener 24 años y toda una vida por delante. En mi siguiente chequeo médico me diagnosticaron una enfermedad autoinmune llamada Púrpura Trombocitopénica Idiopática o PTI.

Esta enfermedad crónica es poco frecuente, y afecta a 3 de cada 100.000 personas. El diagnóstico me hizo caer en cuenta de “mi nueva realidad”. Siempre he sido una persona ingeniosa, que encontraba la respuesta a cualquier problema; pero ante este no hallaba respuestas. En el primer momento sólo quedaba orar a Dios para que apareciera la ayuda más cercana. Durante un tiempo probé tratamientos con esteroides, inmunoglobulina y quimioterapia.

Con estas técnicas convencionales, no solo seguían los hematomas, sino que veía mi cara y cuerpo hinchados y con sobrepeso. Hay que reconocer que esta enfermedad afectó, no sólo mi vida sino también la vida de mi familia. Estaba físicamente enferma y emocionalmente temerosa, sin control sobre la enfermedad y a punto de darme por vencida. Sólo la angustia de mi hija y su pregunta de si iba a morir, me sacudió el alma. Le hice una promesa que aún recuerdo: “Hija, te juro que no moriré; lucharé contra este mal con todo el poder de Dios y viviré para verte crecer”…

Esa noche, en mi refugio, supliqué a Dios por su ayuda divina para poder cumplir mi promesa. A la mañana siguiente, Dios respondió mi oración, activando los recuerdos de mi pasión infantil por las plantas curativas. Volví a mi niñez, cuando mi abuela, en su pequeño jardín con variadas plantas, me enseñó sobre sus propiedades y usos curativos. Mi antiguo hobby era ahora una misión de tiempo completo, retomando la lectura de libros sobre plantas. Pero sólo leer era insuficiente y lento. Para tener experiencia directa con la naturaleza, tomé la decisión de irme un tiempo a Caripe, hermoso poblado en la zona de Monagas, Venezuela, lejos de la comodidad. Allí me eduqué con gente que sólo consumían sus productos orgánicos. En un ambiente de tranquilidad y pureza supe que, finalmente, ese era el camino hacia mi curación. Pregunté a campesinos de la zona, para absorber el conocimiento milenario de los beneficios de las plantas medicinales. Observé el comportamiento de aves y animales, su consumo de plantas y semillas para la recuperación de enfermedades. Prueba tras prueba, logré una mezcla de plantas que confiaba en que purificarían mi organismo, dando forma a mi primera “Infusión de plantas curativas”. Lo combiné con la medicina convencional y el uso de esteroides, y para Gloria de Dios, comencé a perder peso.

Conocí a maestros que me enseñaron técnicas ancestrales de salud, medicina china y holística. Pero luego, otra desgracia sobrevino cuando accidentalmente resbalé y me fracturé la espina dorsal, sin poder operarme por falta de recursos. Esta fractura me mantuvo en cama durante un año, incapaz de moverme. En el pasado hubiese llorado sin parar, pero esta vez no hubo llanto ni sentimientos de impotencia. Me había vuelto más fuerte, física y emocionalmente, ya que ahora tenía completa fe en que Dios continuaría guiándome hacia una mejor salud. Así que reanudé mi investigación sobre los efectos de las plantas con mayor ímpetu, a pesar de seguir inmóvil. Leí más libros sobre botánica y amplié mis estudios sobre alimentos, proteínas y vegetales. Luego de muchas lecturas, formulé una dieta saludable que me ayudó en muchos aspectos, pero no fue suficiente.

Debía concentrarme más aún en buscar una mezcla antiinflamatoria basado en plantas. Cuando tuve confianza en esta nueva mezcla de infusión de plantas curativas antiinflamatorias, comencé a usarla junto con mi primera infusión. En este momento, las infusiones de plantas de curación combinados sólo consistían en tres niveles: desintoxicación, anti-inflamación e hidratación.

En un nuevo chequeo, el doctor notó ciertas mejoras en mi cuerpo. En corto tiempo, comencé a sentir cada vez menos dolor. En los siguientes cinco meses alterné las infusiones de las plantas curativas con el consumo de alimentos orgánicos, cada dos horas y perdí unas 13 libras. Pude salir de la cama y caminar lentamente. Mi columna todavía tenía algo de dolor, pero gracias a la infusión antiinflamatoria era más tolerable. Gracias a mi padre y sus esfuerzos, conseguí los recursos para la operación, logrando un éxito total en la cura de la fractura. Al poco tiempo caminaba sin ningún dolor y viajé a Costa Rica, Perú, Chile, Argentina y la selva amazónica, entre otros lugares. Conocí a maestros que me enseñaron técnicas ancestrales de salud, medicina china y holística. Recopilé datos para mi investigación, al mismo tiempo mi salud mejoraba cada día.

Sólo con beber mis infusiones y comer alimentos orgánicos, me sentía cada vez mejor. Dejé de usar los esteroides lentamente. En mi siguiente consulta, mi médico estaba sorprendido y me dijo “eres una nueva persona”. Con emoción relaté a mis amigos las buenas noticias y los efectos de las infusiones de planta combinados. Todos quisieron probarlos, quedando tan entusiasmados con sus propios resultados que las noticias se difundían gracias al “boca a boca”. Luego de los resultados positivos en mi cuerpo y en el de otros, decidí emprender en esta área. Así comencé a preparar mis infusiones de plantas curativas con alimentos orgánicos saludables, en un local que alquilé y acondicioné para ello.

Para mi sorpresa, el negocio fue un éxito total. Ese sería el comienzo de lo que es ahora la Corporación ETOLIX. Es difícil creer que unas plantas puedan cambiar tu vida, pero los hechos hablan por sí solos: yo y muchos otros somos una prueba viviente de ello. En estos años hemos estudiado diferentes mezclas de plantas para hacer infusiones más eficientes y efectivas.

Nuestra evolución se ve en la mejora de nuestros primeros productos, como mi última combinación de infusión de plantas curativas FATBURNER, diseñado para reducir grasa y limpiar el hígado. Ahora tenemos 5 diferentes productos de infusiones de plantas curativas, que aportan beneficios a su vida desintoxicando: hígado, riñón, colon y piel.

Quiero agradecer a Dios por esta gran experiencia, y a usted por leer mi historia de vida, lucha y sanación.